12/4/09

La AS Roma de Luciano Spalletti


El juego ofensivo es algo que no se ve comúnmente en nuestros días, pero que es muy añorado por los románticos del balompié, aquellos que gozan mucho más con las exhibiciones de buen fútbol, que con mezquinos planteamientos que suelen otorgar resultados a favor. Desde la temporada 2005-2006, el estratega italiano Luciano Spalletti dirige a la escuadra de la Roma que juega en la Serie A del Calcio. El técnico de 50 años de edad, llegó al equipo de la capital tras haber tenido una destacada función al frente del Udinese entre 2002 y 2005. En su última campaña en Udine, llevó al equipo a finalizar en cuarto lugar general, consiguiendo un pase para la UEFA Champions League con un plantel que se podría considerar modesto, pero con un estilo de juego ofensivo y propositivo. Digamos que tomó el camino largo en una de las ligas más duras y cerradas del mundo y obtuvo resultados, además de dar el brinco a uno de los grandes clubes del fútbol mundial; la Associazione Sportiva Roma.

Es algo complejo el sistema de Spalletti, hay que seguirlo durante muchos partidos para ir descifrando el esquema táctico y las variantes que utiliza. De inicio, da la impresión de ser un equipo que jugará a defenderse, pues su formación favorita es el 4-5-1, aunque en muchas ocasiones llega a jugar sin delanteros, con un innovador 4-6-0 ofensivo. Así es, puede parecer extraño que un equipo sin atacantes sea ofensivo, pero la Roma de Luciano ciertamente lo es. Propone durante todo el encuentro y busca siempre tener el control de la pelota. Ataca en bloque con jugadores que se agregan consiguiendo anotaciones por los medios más diversos. Culminan en gol jugadas de muchos toques, disparos de media distancia, contraataques y aprovechan de maravilla la táctica fija, así como todo tipo de jugadas a balón parado.

Su estilo de juego le ha brindado recompensas al club romano como la Copa de Italia en 2006-2007, al igual que en 2007-2008. Además de la Supercopa de Italia en 2007. Han conseguido rachas de 11 victorias consecutivas en un par de ocasiones, lo que se mantiene como un récord del club.

Otros hechos para destacar son, que en la temporada 2006-2007 el Inter de Milán de Roberto Mancini se encontraba invicto en todas las competiciones y a punto de coronarse campeón de la Serie A. Entonces el equipo de Spalletti fue al Estadio Giuseppe Meazza de Milán y venció por 1-3 a los neroazzurri, manteniendo la lucha por el Scudetto al rojo vivo entre ambas escuadras. La Roma de Luciano fue el primer equipo europeo que venció en un par de ocasiones al Real Madrid en el Estadio Santiago Bernabeu de la capital española. Durante la UEFA Champions League 2007-2008, el equipo de “la loba” se convirtió en la primer escuadra italiana que echara fuera de una competencia a los “merengues”, tras vencerlos por marcador de 2-1 en ambos encuentros, dejando un 4-2 en el global con una gran actuación del lateral izquierdo italiano Max Tonetto y destacando la figura del atacante montenegrino Mirko Vucinic.

El técnico nacido en Certaldo, quien debutara como entrenador oficial en el equipo mayor del Émpoli en 1995, fue nombrado “Entrenador del año en la Serie A” en 2006. Luciano Spalletti es uno de esos líderes que ponen la disciplina por encima de todo, lo cual le permite tener el respeto de quienes trabajan con él y de todos aquellos quienes seguimos su carrera. Un claro ejemplo de esto es la situación que se vivió en el plantel con uno de los íconos del fútbol italiano, el defensor internacional, Christian Panucci. El zaguero de 36 años se negó a viajar al partido contra el Udinese, pues Spalletti le informó que iría a la banca. Panucci fue separado del plantel y no pudo regresar hasta disculparse personalmente con él y con sus compañeros de equipo. Esto le costó al defensor quedar fuera de la lista de la UEFA Champions League que se entregó dos días antes de que el jugador ofreciera disculpas. Aunque Spalletti sabía que Christian es un jugador clave en el plantel y que le hizo mucha falta en los octavos de final del torneo continental, es un tipo con carácter que sabe llevar a un grupo y mantener la disciplina dentro de él, aún a costa de renunciar a resultados que podrían costarle su puesto.

Actualmente cuenta con un plantel muy completo, integrado por futbolistas de todo tipo gracias a quienes logra obtener un gran juego de conjunto. Por ejemplo, cuenta con jugadores con fuerza, liderazgo y gol como De Rossi, o el mismo Panucci. Con futbolistas talentosos y estrellas mundiales de la talla de Totti y Vucinic. Elementos de gran calidad y muy seguros como Juan, Pizarro, Brighi, Riise, Cicinho, Tonetto, Aquilani o los arqueros brasileños Doni y Artur. Se suman a ellos los fichajes de la temporada, el atacante francés Menéz, el zaguero lateral Motta y el experimentado goleador Vincenzo Montella. Generalmente estos últimos se quedan en la banca o entran de cambio, al igual que Taddei, quien suele ser irregular en su accionar.

He dejado para el final los puntos “finos” que creo mantienen a la Roma a distancia de donde debería estar en el campeonato local y a nivel europeo. Spalletti demuestra ser un tipo sumamente inteligente, por lo cual, no tiene una explicación coherente, para quienes no vivimos el ambiente dentro del club, que dos jugadores como lo son Simone Perrotta y Julio Baptista sean titulares y casi inamovibles en el equipo. Y es que, al margen de que un par de veces por temporada, Baptista suele enracharse y marcar algunos (aunque pocos) goles, “La Bestia”, como se le conoce, falla o pierde casi la totalidad de los balones que toca. Siendo lo más grave de esto que casi todos los avances ofensivos de la Roma tienen que pasar por él, lo que entorpece el accionar romano y lo hace poco contundente. Al mismo tiempo, Julio no aporta nada a la recuperación de balón y comete muchas faltas, además de fingir otras. Por su parte, el mediocampista Simone Perrotta, es el hombre que tiene luz verde para sumarse al ataque en todos los ataques de “la loba”, demostrando ser un tipo bastante limitado a la hora de la definición y que a parte, juega en el centro del campo, pero no realiza ninguna tarea de recuperación y llega a cometer faltas muy duras. Estos dos jugadores no responden a la confianza que les brinda su técnico, ni al gran despliegue físico que tienen sus compañeros durante los partidos, pues, con excepción de Totti, todos luchan, pelean, tocan, recuperan y buscan realizar de la mejor manera posible las tareas que su entrenador les ha encomendado. Francesco Totti es un tipo distinto, pero suple su falta de sacrificio con talento, resultados, liderazgo y sobre todo con goles y asistencias. De hecho, cuando il capitano se ausenta, es una baja muy sensible para el equipo, que sólo ha logrado ser solventada por la gran productividad de Mirko Vucinic o por chispazos que nos ha brindado en sus pocos minutos de juego l´aeroplanino Vincenzo Montella; por ejemplo, por la manera de cobrar su pena máxima en la serie de penales ante el Arsenal en el Olímpico de Roma. Quizá Baptista y Perrotta sean hombres muy disciplinados y que sea esto lo que los mantenga en el once inicial casi en todos los partidos, pero sin duda, cuando ellos no están en la cancha o cuando no participan en las jugadas, las cosas para el equipo de Luciano Spalletti van mucho mejor.

Daniel Padilla Bañuelos
Analista de fútbol internacional

6/4/09

La crisis de la selección mexicana de fútbol


Tuve la oportunidad de viajar a los EEUU, donde me tocó observar el partido eliminatorio entre los seleccionados de México y Costa Rica. La transmisión televisiva corría a cargo de Telemundo. Como un amante del fútbol internacional de primer nivel, debo confesar que me encontraba preocupado, pues he tenido la fortuna de seguir a la selección mexicana desde 1991 en todos sus partidos; oficiales, amistosos, contra clubes, de exhibición y de homenaje. Por lo mismo, pude ser testigo de la mejor época del tricolor en su historia, ciclo que en mi opinión terminó en 2002 e incluyó su mejor año: 1993. Ahora les contaré, a grandes rasgos, el por qué de mi preocupación.

Aunque son ya siete años en los que el combinado nacional ha ido a la baja, las circunstancias actuales no me dejaban razonar lógicamente durante la transmisión del partido. Me refiero a que gracias a esa gran generación antes mencionada, México se ganó el privilegio de ser colocado como cabeza de grupo en el mundial de Alemania 2006. Pero tras dicha competencia, “el equipo de todos”, regresó con la peor actuación en mundiales desde el fracaso en Argentina ´78. En las eliminatorias para la justa alemana se sufrió, como en la anterior, hacia Japón-Corea 2002, lo que costó el puesto al Director Técnico Enrique Meza. Para entonces, y al igual que ahora, se buscó a Javier Aguirre para que salvara el barco, quien armó una selección con los mejores jugadores nacionales del momento (los de Cruz Azul que llegaron a la final de la Copa Libertadores 2002), mezclando en el grupo a jugadores de gran calidad, personalidad y experiencia, como Alberto García Aspe, quien fue su capitán, o Luis Roberto Alves “Zague” y Jorge Campos como suplentes. La selección calificó de manera emotiva y contundente a Corea-Japón 2002 y volvió a llegar a la final de la Copa América como en 1993.

Le dieron el mando al estratega argentino Ricardo Antonio Lavolpe durante cuatro años, en los cuales, la baja de juego del seleccionado nacional era evidente. Aún se ganaba la Copa de Oro, pero desapareció la personalidad del equipo y pasó a ser una escuadra a servicio del timonel, quien con un estilo de juego defensivo y con muy pocos hombres con “permiso” de atacar, logró que me sucediera algo que nunca creí que pasaría, dejé de ver con gusto los partidos de México. Los seguí observando, pero no me atraían, no los disfrutaba, no me gustaban. Me hacían enojar. Un ejemplo, la actuación en los JJOO de Atenas 2004, en la que Lavolpe prometió el bronce o su renuncia; como sabemos fue eliminado en primera fase y se quedó en el cargo.

El siguiente proceso era comandado por Hugo Sánchez Márquez, el mejor jugador mexicano de toda la historia y uno de los mejores delanteros de todos los tiempos. Durante su periodo, se acentuó esa tendencia a la baja que ya traía el equipo tricolor. Además, se sumó el fracaso en el preolímpico para ir a Beijing 2008, lo cual, junto con el pobrísimo nivel de juego de la selección, le costó “la cabeza” a “Hugol”.

Aquí es donde comenzó esa preocupación que mencionaba al inicio. Las circunstancias eran las más favorables que cualquier seguidor de la selección mexicana pudiera haber deseado jamás. Una gran camada de jugadores campeones del mundo a nivel sub-17, se combinaba con la mayor cantidad de futbolistas nacionales jugando en el extranjero, especialmente en Europa y con un nivel de fútbol nacional que ya había ganado la Copa Sudamericana y jugado diversos torneos internacionales durante los últimos años incluyendo el mundial de clubes en Japón. Por si esto fuera poco, se contrató a uno de los mejores entrenadores del mundo, el sueco Sven Göran Eriksson.

Se terminaron los pretextos, las excusas, incluso las explicaciones, pues con estos factores combinados, la lógica nos indica que tendría que haber una mejora sustancial que se vería reflejada durante los partidos de la selección de México. No fue así. El nivel que muestran en la selección jugadores como Rafael Márquez, Carlos Salcido o Pável Pardo, es muy inferior al que han mostrado en sus equipos europeos y jugadores como Ricardo Osorio, Matías Vuoso, Giovani Dos Santos o Carlos Vela están jugando a un bajísimo nivel cuando se ponen “la verde”.

Así que, seguía viendo el lamentable primer tiempo entre México y Costa Rica, en el Estadio Azteca, en el que el único disparo al arco lo estrelló, inexplicablemente, Omar Bravo en el arquero tico, quien dio rebote para regalar el 1-0 al atacante mexicano. Mientras tanto, pensaba en todo esto que he escrito y en mucho más. Regresé a México y me encontré con la misma campaña de desprestigio hacia el timonel nacional. Pocos medios ponían la objetividad y la búsqueda de la verdad por encima de la mercadotecnia. Para la visita a Honduras, creo que nadie, con un pensamiento racional, esperaba un resultado diferente. Ese 1-3 a favor de los catrachos nos dejó unos buenos primeros 45 minutos jugados por México. En los cuales fue muy superior a su rival, con un Leandro Augusto mucho mejor y un Luis E. Pérez con chispazos en los primeros veinte minutos. Sin embargo, 0-2 en contra al medio tiempo. A parte de eso…lo mismo. Sin olvidarnos, por ningún motivo, de la indisciplina. Costly, en dos ocasiones, y Pavón, marcaron los 3 goles para la victoria en San Pedro Sula. Un violento y bajo de juego Nery Castillo, descontó para el tricolor. Se optó por destituir al entrenador, tras una intensa lucha de poderes en la FEMEXFUT, y se contrató, por segunda ocasión para la selección, a Javier “el vasco” Aguirre.

Destacaron durante este corto periodo Guillermo Ochoa, Leobardo López, Fernando Arce y el mejor, sin ninguna duda, Andrés Guardado. Si imaginamos una gráfica, en 1991, tras el fracaso en la Copa de Oro con Manuel Lapuente al mando de la selección, se inicia desde abajo, luego de no ir al mundial de Italia ´90 por aquel asunto de los cachirules, y se contrata al técnico argentino, campeón del mundo en 1978, César Luis Menotti. Ahí comienza una nueva era para el equipo tricolor, donde en dicha gráfica se iría ascendiendo rápidamente y de manera constante, alcanzando su clímax en 1993, ya con el Dr. Miguel Mejía Barón al mando y recogiendo los frutos en Francia ´98, de donde se regresó con la cara en alto y en 1999, ganando el primer título internacional para México, la Copa Confederaciones; paradójicamente, bajo el mando de Manolo Lapuente. Ya a la baja, pero aún con un nivel aceptable y con carácter y personalidad para reponerse tras los momentos duros como “el aztecazo”, culminaría esta gráfica llegando a ese punto en el que no se califica a competiciones internacionales, como lo son los JJOO y mundiales de diferentes categorías. Eso es la actualidad. La única ventaja que se tiene es que ahora el área de CONCACAF otorga 3 boletos y un repechaje para asistir a la Copa del Mundo, y no sólo uno como para el mundial de EEUU ´94. Gracias al sistema de competencia, es muy probable que México asista al próximo mundial de selecciones mayores a celebrarse en Sudáfrica en 2010, pero es un hecho que el nivel de juego de nuestro representativo nacional se encuentra en su peor nivel, lo cual, para mí, es de verdad preocupante.